Aunque las hojas
marchitas por el tiempo caigan, siento una primavera en mi mente. Vuelvo a oír
la misma canción, me aferro a tu talle y nos balanceamos al bailar como una
goleta en medio del mar.
Sueño…, sueño los
jazmines de tu cuello, el calor de mi mejilla y el abandono de tus brazos sobre
mis hombros. Mi viejo corazón enloquece como entonces y se dispara al sentir el
roce amado de tus pechos y el susurro de tu voz que me acaricia con un te quiero.
Perdido en una cálida
penumbra, el huracán de la vida ruge, inútil, a mi alrededor mientras me
refugio en ese centro tan tranquilo y tan íntimo que compartimos. En tu mirada encuentro
como reflejo aquella juventud. Esa que hoy, tras decenas de años, de risas
felices y de heridas olvidadas, puedo retomar.
Ya desechado, se han
roto las cadenas y, libre de obligaciones, solo me someto al amor que de tan
inmenso me sorprende y se derrama sobre vos y nuestra descendencia. He cumplido
con la naturaleza y con la sociedad lo mejor que supe. De modo que lo hecho,
hecho está.
Sin rencores ni
lamentaciones vuelvo a ser esa pareja que, compañera y con los ojos entusiastas,
emprende un nuevo futuro. No el que, afiebrado, esperaba impaciente recorrer
hacia mis sueños, sino este que me encandila como el amanecer. Este, que cual
umbral atravieso y que me sorprende con los mil caminos que escondía. Hollados
ya mis anhelos, lento y encanecido, río divertido e indeciso al probar y
retomar los diferentes senderos.
El final de la película
se acerca, sentado en la butaca de un imaginario cine, veo en la pantalla que me
alejo hacia ese típico destino lleno de luz. Tanta es, como el amor que nos une
y en el que confío guíe a mi alma a través de los ocultos vericuetos para, al
fin, refundirnos en el goce infinito de la eternidad.
Carlos Caro
Paraná, 23 de junio de
2015
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Y la eternidad se hace eterna y aquel sentimiento perenne, porque el amor , qué palabra, qué sentimientos esconde, qué tan lejano amor se vuelva presente...
ResponderEliminarEnhorabuena Carlos eres un escritor excelente
¡Soledad! Que alegría que me leas, tu sabes mucho de amores perennes y de eternidades compartidas. Un beso.
EliminarNo me extraña que tu poema se titule Esperanza de amor, pues es eso lo que se siente al leerlo. Que se enfrenta a la eternidad con la gozosa esperanza de reencontrarse con el amor. Enhorabuena, Carlos, me ha gustado mucho. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Ana, tus amores son de hoy los míos de mañana. Un beso.
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